miércoles, 29 de junio de 2016

ELECCIONES 26 J

“Seguimos persiguiendo las más altas cotas de la miseria” (No es de Groucho pero casi).
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Va siendo hora de entretenerse en ver la tele.
Dicen en el mundo del deporte que lo importante es participar. Lo dicen los que siempre pierden, claro. Estoy seguro que en el PSOE actual estamos a punto de decir esta máxima de los perdedores.
También dicen en el deporte que hay que competir en igualdad de condiciones. Esto no lo cumplen nunca los protagonistas. En el PSOE actual, tampoco. Hace tiempo que decidimos que nosotros tenemos que competir con alevines aficionados contra profesionales. Nada de en igualdad. El resultado es obvio.
Hago esta introducción previa a una pequeña reflexión sobre las elecciones del pasado domingo.
Llevamos en el PSOE desde el domingo buscando razones y culpables ajenos para justificar que la caída libre en cuanto a respaldo ciudadano no sabemos frenarla:
“Que si los ciudadanos no se enteran. Que si los obreros son tontos. Que si los otros son muy malos”. Y no sé cuántas cosas más.
También hay una línea de justificación que roza el patetismo en la que justificamos: “que no hemos perdido tantos votos. Que somos los primeros de la izquierda. Que el cambio llegará. Que a los otros les ha ido peor. Que seguimos siendo los mejores e incluso que en San Serení del Monte hemos ganado”. Lo dicho, patético.
En lugar de corregir y tratar de equipararnos a adversarios tan peligrosos y profesionales seguiremos mirando que hay de lo mío y queriendo competir desde el mundo amateur con profesionales. Vean: En un equipo asesores profesionales. Medios. Veteranos. Jóvenes. Políticos curtidos en batallas. Alianzas en las sombras….etc. En los otros, apuestos jóvenes inseguros, con apoyos mínimos entre los nuestros, con amigos en lugar de profesionales, borrando la historia interna no vaya a ser que me haga sombra…etc.
No queremos reconocer que no ofrecemos nada a la ciudadanía, más allá de palabras grandilocuentes sobre socialismo que además no está claro que practiquemos.
Nos hemos dejado a la izquierda en la calle por ocupar un espacio de centro que no hemos sabido ganar ni hemos visto como nos lo quitaban los profesionales.
Hay máximas en el juego electoral en este país. Una de ellas es que el centro y sobre todo los indecisos que suelen pertenecer a esa definición son los que dan la victoria.
Después del susto de diciembre para Rajoy y los suyos tomarón nota y se pusieron manos a la obra.
El resultado no les valía y por lo tanto el primer objetivo fue repetir elecciones. Cuando no les gusta el resultado ya se apañan para que no valga. ¿Se acuerdan del Tamayazo?
Había que conseguir un aliado para que se pudieran repetir las elecciones y a fe que se consiguió.
En el proceso se hizo lo que fue necesario. Por ejemplo menospreciar al Jefe del Estado. No importan los medios lo importante es el fin.
Y tenían sobre todo que preparar la campaña de junio. Y lo hicieron. Se sentó en un lujoso restaurante a los emergentes Podemos y el gurú de la estrategia el marido de la Villalobos y asesor personalísimo de los Presidentes del PP el sr. Arriola, contó cómo se podía producir el famoso sorpaso en la izquierda. Aderezo las explicaciones con los nuevos tiempos que viviría la izquierda y el papel histórico que les había tocado jugar a tan distinguidos nuevos líderes de la izquierda.
Henchidos de orgullo los ilustres personajes elegidos para conquistar el cielo salieron de la reunión convencidos de que repetir las elecciones era obligatorio para cumplir su razón de ser. No sin antes convencerse que la última recomendación de tan sabio comensal de engullir a IU se tenía que producir, ya, para atar todos los cabos y no perder votos por ahí.
No se le ocurrió a estas preclaras mentes preguntarse porque Arriola les inundo con tantos datos y les alago tanto. Seguro que pensaron que sorpresa se va a llevar este cuando les ganemos. Eso pasa cuando juegas con alevines contra profesionales.
El primer paso por tanto fue repetir las elecciones. Aunque el desgaste de votar con el PP fuera inmenso. No importa el fin justifica los medios. En un País en el que todo vale, que te vinculen a la casta, al partido de la corrupción y a la derecha más rancia, no importaba.
Y empezó la campaña. Bueno empezó y acabó a la vez. No habría campaña. Solo un mensaje. O gobierna Rajoy o gobierna Iglesia.
Esta era la campaña, otra vez polarizada en dos únicos partidos. Arriola y los suyos lo tenían claro. A por los indecisos, con su tropa de siete millones de votos no era suficiente. Y los unos y los otros se encomendaron al mensaje.
Manuel Pablo repetía como un papagayo sin parar que o votáis a Rajoy o me votáis a mí. Los socialistas se tienen que decidir.
Y puesta la diana en ambos candidatos y convencida la sociedad que solo uno u otro podrían ser presidente. Los profesionales afinaron la estrategia.
Resucitaron los viejos fantasmas de los comunistas con cuernos y rabo. Apelaron a la patria y su unidad indivisible y el peligro de que se rompieran. Filtraron asuntos de financiación ilegal, fuera verdad o no, de Podemos para que calara el todos son iguales, que tantos frutos les ha dado. Y acabaron trasmitiendo que entre lo malo conocido y lo bueno por conocer lo primero es más seguro. Fue suficiente con vender la imagen que el sr. Iglesias daba de déspota peligroso aunque le recomendaban que hablara de social democracia e incluso que se pusiera corbata. Así quedo más retratado en sus inconsecuencias. Y los indecisos se decidieron por Mariano Rajoy en lugar de Pablo Iglesias.
Porque la elección no era sobre política. Problemas ciudadanos. Historias de atrocidades del último gobierno….. Porque la elección era sobre Rajoy o Iglesias.
Y claro los indecisos eligieron en toda España salvo en Cataluña y Euskadi a Mariano Rajoy.
¿Y los otros? ¿Qué otros?
No ha habido otros. Los medios de comunicación. Las encuestas. El PP. Podemos. Han repetido hasta la saciedad que ganaba uno o ganaba otro. Los otros sencillamente no existían.
Y ahora a seguir buscando culpables en los demás o a seguir teniendo nuestros momentos de mini gloria por el resultado y seguir cayendo hasta la miseria total. O a prepararnos profesionalmente para competir con estos auténticos profesionales del poder.
¡¡¡ Joder !!! y si no tenemos recursos y no queremos consejos, por lo menos ver la tele. Ver House of Cards. Scandall o el Ala Oeste de la Casa Blanca. A ver si así nos va mejor. Claro que dar un pasito al lado y dejar a otros tampoco vendría mal. Igual es más rápido.
Cuidaros.