lunes, 5 de noviembre de 2012

SOBERANIA POPULAR Y GIN TONIC


Antes de que sigáis leyendo os diré que nada de lo que se expone aquí es nuevo, ni siquiera original. En el clásico griego Platón. En el pensador francés Raymond Aron (Penser la liberté, penser la democractie) y hoy mismo en un articulo del diario El País del abogado Agapito Ramos y del periodista Jorgue M. Reverte. Identificareis sin duda mejor expresado los pensamientos que aquí se recogen.¿ Porque entonces dejar estas reflexiones aquí?. Pues porque empieza la campaña electoral Catalana y algunos nos interesa especialmente los derroteros en los que esta se va ha desarrollar vista la precampaña.

Nadie duda de la importancia y potencia que tiene el significado soberanía popular. Tampoco que esta forme parte intrínseca de la democracia. Pero tampoco que en nombre de esta soberanía popular se han creado regímenes totalitarios fascistas o comunistas.

Hay palabras que combinadas, como por ejemplo gin tonic, pueden llegar a provocar efectos de ebriedad, si quien las usa no lo hace con suficiente conocimiento. Así la combinación de soberanía y popular puede emborrachar tanto como la mezcla gin tonic.

Sin duda una utilización inteligente de estas combinaciones proporcionara distracción, placer, ligera euforia e incluso desarrollo del ingenio. Pero el abuso de estas mezclas lleva con frecuencia a decir insensateces e incluso a convertirse en una amenaza para los demás.

De la misma forma que un abusador de gin tonic se siente capaz de conducir borracho. Un abusador de soberanía popular se siente capaz de estar por encima de la ley porque no hay nada más democrático que lo que pide la calle. Estos efectos se dan siempre en público, con espectadores o compadres de copas que aplauden y refuerzan el estado de embriaguez conseguido.

Ya dijo Platón, en una de las épocas mas lucidas del pensamiento humano, que no había peor corrupción de la democracia que la que se producía cuando el pueblo se situaba por encima de las leyes.

Hoy asistimos a un ejemplo de ebriedad  de soberanía popular en algún dirigente nacionalista catalán que pone la legalidad en un plano inferior a la democracia. En nombre de la soberanía popular, expresada a través de la ocupación de la calle, tal y como recomendaban los bolcheviques o los nazis, nos hacen creer que todo el pueblo piensa lo mismo y por lo tanto es posible saltarse la ley, en lugar de cambiarla, con este fantástico aval de un pueblo unido con una sola voz que tiene derecho a decidir. Eso si de las minorías ni hablamos.

 No hay que negar a estos nacionalistas la habilidad para desplazar el debate electoral y centrarlo en una discusión sobre que soberanía popular es la que debe de primar, la española o la catalana. ¿Porque no se plantea cambiar la ley actual que señala a la primera de ambas como el referente?. Esto seria actuar dentro de los tramites legales que es otra de las cualidades que definen una democracia seria.¿No sera que esto no da resultados electorales a corto plazo?. Vaya lió en el que nos meten los nacionalistas de cada sitio y los nacionalistas españoles. A ver si alguna bruja les manda el hechizo de la cordura.

 Como dice el slogan de trafico: si bebes no conduzcas

Cuidaros.